lunes, 27 de junio de 2011

Encuentro de filosofía y antropología en el CIESAS

El próximo 5 de julio participaré en un evento del CIESAS con una ponencia sobre juego y seriedad. El tríptico del programa completo se puede consultar aquí, si las imágenes de abajo no se distinguen.


sábado, 25 de junio de 2011

miércoles, 1 de junio de 2011

Resumen: Marcuse, Fenomenología del Espíritu

Marcuse Herbert, Razón y Revolución, Madrid, Alianza, 1971.

Versión de Oscar López

La fenomenología del espíritu

La Fenomenología intenta conducir al entendimiento humano cotidiano al entendimiento filosófico, a la verdad absoluta: el conocimiento, abandonando un conocimiento por otro, pasando de la certeza que dan los sentidos de la percepción, al entendimiento, del entendimiento a la autocerteza, hasta llegar a la verdad de la razón. Donde el factor que determina el curso es el de la relación en constante cambio entre la conciencia y su objeto. Inicialmente, el objeto y el sujeto aparecen como independientes, pero en un segundo momento, ninguno de los dos puede subsistir de un manera aislada, pues el objeto tomó su objetividad del sujeto y el sujeto comprende que el mundo se hace real mediante el poder de comprensión de la conciencia, dirigida hacia el objeto, de esta manera el sujeto se convierte en la absoluta negatividad por tener la capacidad de negar cualquier condición dada.

En el Prefacio de la Fenomenología del espíritu se hace un intento por reinstaurar a la filosofía como la forma más alta de conocimiento.

El conocimiento se funda en la intuición de que la esencia y la existencia son dos procesos diferentes y los objetos que se reciben de la experiencia inmediata no logran satisfacer el conocimiento porque son accidentales. La esencia surge en el proceso de la existencia, y al mismo tiempo, la existencia es un retorno a la esencia.

El objeto de la experiencia se presenta a través de los sentidos formando conocimiento sensible, en este punto el sujeto parece inesencial, pero el sujeto al darse cuenta que el objeto aparece bajo dos categorías universales como el Aquí y el Ahora (que son universales a pesar de su contenido), que bien pueden ser negaciones, la experiencia se ve obligada a regresar al sujeto, negando que el objeto tenga existencia independiente del sujeto.

Así es que la experiencia sensible descubre que la verdad no radica en ella sino en una doble negación: primero, del objeto cuya existencia es per se, segundo, del Yo individual.

El objeto que se estudia, es una cosa y una multiplicidad por lo que el análisis de la percepción va más allá que el de la experiencia sensible. La unidad de la cosa está constituida por las relaciones con las otras cosas: la unidad del ser para sí con el ser para otro. La unidad de la multiplicidad se da por la fuerza, concepto que es propio del entendimiento, por lo tanto, la substancia de la cosa sólo puede ser comprendida como fuerza, y si esto se hace, se divide la realidad en dos dimensiones, ya que la fuerza no es una identidad del mundo de las percepciones.

Lo real es lo que está mas allá de las cosas, entonces la apariencia no es un no-ser, sino que se puede entender como la apariencia de la esencia, y esta es la primera visión imperfecta de una manifestación de la razón.

La esencia de la cosa es la fuerza, y la esencia de la fuerza es la ley, la fuerza regida por la ley es lo que caracteriza al sujeto autoconsciente. Así el concepto de fuerza conduce a la transición de la conciencia a la autoconciencia.

El hombre ha aprendido que su propia autoconciencia esta atrás de las otras cosas. La autoconciencia se encuentra en un estado de deseo de los objetos que lo rodean, pero se da cuenta que sólo puede ser satisfecho por la relación con otros individuos. Es donde interviene la relación del señor y el siervo, la cual está dada por una forma de trabajo definida, y en la relación del hombre con los productos de su trabajo, y el proceso del mismo crea la autoconciencia no sólo en el trabajador, sino también en el señor.

En un primer momento, la libertad se entiende como la existencia con los otros, donde se permanece consigo mismo, la libertad es la autosuficiencia y la independencia con respecto a todo lo externo, en donde todo lo externo ha sido objeto de apropiación del sujeto, debido a la restricción que impone la apropiación de diversos objetos externos al sujeto, la libertad sólo puede darse en el pensamiento, pero este intento de definición de la libertad, no tiene ningún contenido concreto, sólo es pensamiento que se piensa a sí mismo, por lo tanto es una noción de libertad, no es la libertad viviente, libertad real.

27.05 Marcuse. Sobre la Fenomenología

Bitácora de clase del 27 de mayo de 2011

Versión de Oscar López

Se inició la sesión con una recapitulación de la Fenomenología del espíritu.

La Fenomenología del espíritu se suele describir como un Bildungsroman. El positivismo tiene consecuencias en el ámbito de lo político: acepta como natural aquello que se da en la estructura de la política, este es un conformismo que le restringe posibilidades al ser humano. El positivismo tiene su raíz en el sentido común, que se funda en lo dado, en el hecho. Implica por ello que: a) es caótico y b) produce contradicciones. El sujeto se da cuenta de las contradicciones por medio de la razón. Hegel realiza una crítica al sentido común, ya que en el Estado no se puede organizar, sin caer en contradicciones, a partir del bien privado, el bien común y una organización racional.

Por medio del sentido común se realiza una proposición que puede ser verdad según verdades particulares como aquí y ahora, según el positivismo. Pero el aquí y el ahora son categorías universales, por lo que se pasa a un estudio de la percepción, en el que la cosa se torna una unidad conformada por una multiplicidad, la unidad de esta multiplicidad se logra por medio de la fuerza, que se puede entender como la coacción de los no seres de la cosa. El proceso anterior es llamado conciencia o razón.

Al final de la clase se polemizó sobre el carácter racional del capitalismo.

Resumen: Marcuse, Escritos teológicos de Hegel

Hebert Marcuse, Razón y revolución, Barcelona, Altaya, 1994.

Versión de Jorge Luis Chávez

Primeros escritos teológicos de Hegel

Estando en la universidad teológica de Tübingen, Hegel escribe, influenciado por el tono (religioso) de las discusiones, sus primeros textos acerca de política. En estos primeros acercamientos de la religión con la política. Hegel sisgue las ideas de Montesquieu acerca del espíritu general. Con esta idea desarrolla su concepto de Volkgeist (espíritu de la nación), éste no es de carácter metafísico pues su contenido se refiere a las condiciones naturales, técnicas, económicas, morales e intelectuales de cada nación; todo esto va ser lo que determina el desarrollo histórico de una nación.

Siguiendo con sus investigaciones de teología y la política Hegel escribe sobre la relación entre el individuo y el Estado. Hegel define al Estado como el consentimiento de los individuos respecto de sus derechos y deberes, que protege de peligros externos e internos que puedan atentar contra la perpetuación del conjunto. Al contraponer a esto la idea de que el individuo posee derechos inalienables (derechos que lo hacen hombre), Hegel declara que “el hombre está condenado a aceptar las relaciones sociales que limitan su desarrollo”. Siguiendo con esta línea de pensamientos existe la propuesta de un “armonía natural” en el Estado, ejemplificando con lo casos de la república romana y las ciudades-estado griegas (las cuales eran un pasado maravilloso de Europa), dice que esta “armonía natural” se disolvió porque los integrantes de esos Estados volcaron su interés a la seguridad de su propiedad privada “olvidándose” del interés común. De estas declaraciones, Hegel se aboca a estudiar el papel que desarrollan las instituciones sociales en el progreso de la historia.

Los principios del concepto de “alienación” se observan cuando el filósofo alemán dice: el mundo del hombre, que fue creado por el trabajo y el conocimiento, ahora se opone a sus necesidades internas. Entonces, en este mundo se ha perdido la unidad y la libertad, reconociendo que esta perdida se resuelve en los conflictos de hombre-naturaleza, idea-realidad y conciencia-existencia. De estas observaciones, los escritos de Hegel giran a la filosofía (en su tradición occidental desde Descartes) en la cual ve la misión histórica de analizar las contradicciones que encierra la realidad y demostrar su posible unificación. Se centra así en el conflicto objeto y sujeto como resumen de las contradicciones que había puesto de relieve anteriormente.

El concepto de Vida será el primer intento de unificación para los conflictos filosóficos en los que se encontraba. La Vida (en Hegel) es espíritu, Ser omnicomprensible de los antagonismos de la existencia, Ser racional y la unidad específica del hombre. La Vida se distingue por la relación con sus determinaciones y el mundo como un todo. Con este concepto (Vida) el objeto es inanimado, unidad que contradice al universal. El sujeto (viviente) deriva un ser cuyos estados (Zustände) se hallan integrados en una unidad completa. Todo individuo viviente posee la esencia o potencialidades de la vida y es capaz de invalidar sus limitaciones en virtud de poseer dicha esencia. La vida del hombre es la única capaz de alcanzar la libertad por entender las potencialidades del objeto y el sujeto (esto lo hace sí mismo). Todo esto es una mediación (Vermittlung) lo cual hace al ser viviente un sujeto real.

Otro termino acuñado en estos años por Hegel fue el de Geist (espíritu) el cual es un agente unificador de la vida y no una fuerza ciega natural, también es un intento por lograr la unificación del antagonismo objeto-sujeto en tanto exista libre actividad y comprensión del sujeto. Sin embargo, aparece otra cuestión en estos primeros escritos filosóficos de Hegel, la diferencia entre el ser determinado (Seiendes) y el Ser como-tal (Sein). Retomando a Aristóteles, Hegel concibe al Sein como un movimiento al contrario del cual todo ser particular toma la forma de lo que en verdad es. En Aristóteles este movimiento se entiende con la potencia y el acto, siendo el movimiento “más alto” en el que cada una de las potencialidades se ve plenamente realizadas (actualizadas). Este movimiento supone la existencia de un Ser que es puro pensamiento y razón, donde nada queda fuera de sí. Esta influencia es importante para el desarrollo de su concepto de dialéctica, el cual será utilizado en la sociedad (con la contraposición de esa perfección racional a la anarquía y esclavitud del mundo).

sábado, 28 de mayo de 2011

Lineamientos del trabajo final

El trabajo final debe cumplir con las siguientes características formales:
  • Márgenes de 3cm. por lado
  • Hoja tamaño carta
  • Doble espacio
  • Páginas numeradas e impresas por un solo lado
  • Sin portada
  • Título del trabajo y nombre del estudiante
  • Letra Arial 12 puntos en el cuerpo del texto, 11 puntos en notas al pie
  • Extensión mínima de 3200 y máxima de 4500 palabras
  • Incluir al final la bibliografía citada 
  • Anexar el esquema aprobado (y, en caso de haber realizado modificaciones, el que siguieron)
Sobra decir que el texto debe estar exento de errores ortográficos o gramaticales.

jueves, 26 de mayo de 2011

Resumen: Marcuse, Razón y revolución (Introducción)

Hebert Marcuse, Razón y revolución, Barcelona, Altaya, 1994, Introducción

Versión de Jorge Luis Chávez

El marco histórico-social

La revolución francesa es un momento de escisión con el sistema que había estado presente en Europa durante varios siglos (feudal). El idealismo alemán recibió este hecho como “la aurora de la nueva era” y como un reto (respecto a la construcción del estado en un orden racional) al cual habrían de responder con sus sistemas filosóficos, pero para los franceses la revolución se veía realizada en los cambios económicos y políticos.

En el orden de la filosofía de la historia la revolución francesa aparece como culminación de lo que la reforma protestante en Alemania había esbozado: emancipar al hombre y convertirlo en dueño autosuficiente de su propia vida, en su actividad libre y racional. Sin embargo, el desarrollo económico en que Alemania se encontraba no se asemejaba al de Francia o Inglaterra; el primero se encontraba sumido en el sistema feudal mientras que los otros dos países se encontraban industrializados; en uno había esclavos, en los otros (sobre todo en Francia) se pronunciaba la libertad. A pesar de este entorno (el cual hacía difícil una revolución en Alemania) se veía en el hombre (como ser pensante) la posibilidad de aprehender el contraste entre la miseria que existía en todas partes y las potencialidades humanas de la nueva época, y como persona moral podía mantener la dignidad humana y la autonomía (aunque sólo en su vida privada).

Los esfuerzos históricos concretos (revolución francesa) por llevar un orden racional a la sociedad eran trasladados al plano filosófico en Alemania (lo que hacia necesario elaborar un concepto de razón). Para Hegel el giro decisivo que dio la revolución francesa era que el hombre empezó a contar con su espíritu y se atrevió a someter la realidad dada a la normas de la razón. El hombre aparece entonces como un ser pensante y la razón lo capacita para entender sus potencialidades y las de su mundo.

El uso de la razón puede hacer que el hombre se percate de que la historia es una constante lucha por la libertad y que la realización de la individualidad del hombre requiere de la propiedad para realizarse plenamente, y que todos los hombres tienen los mismos derechos a desarrollar sus capacidades. Al oponer esto con lo que de hecho prevalece (desigualdad y esclavitud) se obtiene un contradicción, por lo que esta realidad no razonable tiene que alterarse hasta que se conforme con la razón. Todos los pensamientos sobre lo verdadero, lo bueno y lo justo deben ser realizados en la realidad individual y social del hombre. Sin embargo el pensamiento varía con cada hombre y esta diversidad de opiniones es incapaz de orientar la organización de vida del hombre. Por esto, se hace necesario que el pensamiento del hombre denote normas universales para que la razón pueda reclamar el gobierno de la realidad. Para Hegel este gobierno de la realidad por la razón sólo puede ser cuando la realidad se convierte en racional para sí misma, y esto se logra cuando el sujeto penetra en el contenido mismo de la naturaleza y de la historia. Por lo tanto la realidad objetiva es la realización del sujeto. Hegel resume esta proposición diciendo que el Ser es, en sustancia, un sujeto.

La idea de sustancia como sujeto concibe la realidad donde todo ser es la unificación de fuerzas contradictorias. Todo lo que existe es real en tanto funcione como sí mismo ante todas las contradicciones que constituyen su existencia. La diferencia entre la piedra, la planta y el hombre esta en que este último es capaz de percatarse (mediante la razón) de las contradicciones de su existencia. La razón presupone la libertad, el poder de actuar de acuerdo con el conocimiento, el poder de dar forma a la realidad de acuerdo con sus potencialidades.

El marco filosófico

La vida de la razón aparece como una lucha constante del hombre por comprender lo que existe y por trasformarlo de acuerdo con la verdad comprendida. En Hegel, la razón es una fuerza histórica (en última instancia la historia de la humanidad) y se le designa con el termino Geist, lo cual denota que el mundo histórico está en relación con el proceso en el cual se desarrolla la racionalidad del hombre y no como una sucesión de momentos: es así una lucha constante por adaptar el mundo a las potencialidades de la humanidad. Pero lo que hace de la razón una fuerza objetiva es que todos los modos del ser son en cierta medida subjetividad, modos de la realización. Objeto y sujeto logran la reconciliación porque el objeto es en sí una suerte de sujeto y todas las formas del ser culminan en el sujeto libre, capaz de realizar la razón. Entonces, la naturaleza se vuelve un intermediario para el desarrollo de la libertad.

La relación entre realidad y razón ya no se muestra como un acto especulativo (pasivo, contemplativo). La unidad de razón y realidad se logra a después de un proceso que inicia con el nivel más bajo de la naturaleza y culmina con la realización de un sujeto libre y consciente de todas sus potencialidades (forma más alta de existencia). Si todo lo racional es real, significa que aquello que no sea racional debe modificarse hasta ser racional y por ende real. El Estado sólo se hace real cuando se corresponde con las potencialidades del hombre y permite su desarrollo.