sábado, 5 de marzo de 2011

02.03 Hegel. Reconocimiento. El señor

Resumen de Zuleima Miranda

La apetencia es deseo y sólo se puede desear un objeto que no se tiene, esto implica carácter negativo. El objeto de la apetencia es autónomo, ya que tiene subsistencia es sí mismo y determinaciones propias (lo que para Hegel son la subsistencia y las determinaciones podría leerse como aquello que Aristóteles entiende como sustancia y accidentes).

Para estudiar a la autoconciencia es necesario estudiar al género de la autoconciencia y no sólo una conciencia individual, pues toda ciencia requiere el estudio del género.

La autoconciencia es el retorno de ser otro (superación de la negación). Este retorno implica una relación y una apetencia de ser otro, dicha apetencia sólo se satisface mediante el reconocimiento de otro (en tanto autoconciencia) para lograr la autoconciencia.

En otras palabras, cuando un ser consciente pone su vida en riesgo por otros los está asimilando como conscientes, por lo tanto su conciencia está conociendo otras conciencias, y como la conciencia se debe entender como género, se puede decir que la conciencia se conoce a sí mismo, llegando así a la autoconciencia; los otros también devienen como autoconsciencias por su capacidad de reconocer a la consciencia del que está arriesgando su vida.

Sin embargo, la negatividad de la vida es la muerte, y a autoconsciencia no se puede obtener más que en la vida.

Cuando una consciencia reconoce a la otra una es reconocida y la otra reconocedora, por lo que surge una desigualdad, el que reconoce es el Amo y el reconocido es el esclavo, puesto que el que reconoce es autónomo por haber superado (negación) al otro y el reconocido es dependiente, por tanto, el primero es en sí y el segundo es para otro.

Pero el ser Amo es sólo es en un primer momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario