domingo, 27 de marzo de 2011

Crítica al ateísmo de Marx

En el tercer apéndice a su Método para una filosofía de la liberación, Enrique Dussel hace una crítica acalorada de Marx, cuyo ateísmo contendría sólo el momento negativo, pero carecería del positivo.

La idolatría es una suerte de ateísmo, dado que niega al Creador supremo y fetichiza la totalidad vigente como divina. Por su parte, los profetas niegan a los dioses, esto es, su multiplicidad, para afirmar que Dios es sólo uno. Por esa negación, los profetas pueden ser llamados ateos, en el sentido de que no aceptan los dioses del orden establecido. Superan (hegelianamente) tal momento cuando niegan la negación y afirman el Dios-otro, que es justo. La situación de injusticia, en la lectura de Dussel, tiene así su origen en el ateísmo que erige una cosa particular como universal, esto es, en la idolatría. Marx, cuando sigue a Feuerbach, combate sin cuartel (es decir, niega) el ídolo-fetiche del capitalismo: el dinero. El error de su ateísmo, siempre de acuerdo con Dussel, radica en el momento afirmativo, porque posibilita la sacralización del orden socialista (la burocracia rusa). Hace falta, entonces, negar el Dios-fetiche pero afirmar el Dios-bondad, liberador.

¿Tendrá razón Dussel y América Latina ganará su autodeterminación cuando asuma (eso sí, críticamente) su religiosidad?

Lee el artículo aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario