sábado, 28 de mayo de 2011

Lineamientos del trabajo final

El trabajo final debe cumplir con las siguientes características formales:
  • Márgenes de 3cm. por lado
  • Hoja tamaño carta
  • Doble espacio
  • Páginas numeradas e impresas por un solo lado
  • Sin portada
  • Título del trabajo y nombre del estudiante
  • Letra Arial 12 puntos en el cuerpo del texto, 11 puntos en notas al pie
  • Extensión mínima de 3200 y máxima de 4500 palabras
  • Incluir al final la bibliografía citada 
  • Anexar el esquema aprobado (y, en caso de haber realizado modificaciones, el que siguieron)
Sobra decir que el texto debe estar exento de errores ortográficos o gramaticales.

jueves, 26 de mayo de 2011

Resumen: Marcuse, Razón y revolución (Introducción)

Hebert Marcuse, Razón y revolución, Barcelona, Altaya, 1994, Introducción

Versión de Jorge Luis Chávez

El marco histórico-social

La revolución francesa es un momento de escisión con el sistema que había estado presente en Europa durante varios siglos (feudal). El idealismo alemán recibió este hecho como “la aurora de la nueva era” y como un reto (respecto a la construcción del estado en un orden racional) al cual habrían de responder con sus sistemas filosóficos, pero para los franceses la revolución se veía realizada en los cambios económicos y políticos.

En el orden de la filosofía de la historia la revolución francesa aparece como culminación de lo que la reforma protestante en Alemania había esbozado: emancipar al hombre y convertirlo en dueño autosuficiente de su propia vida, en su actividad libre y racional. Sin embargo, el desarrollo económico en que Alemania se encontraba no se asemejaba al de Francia o Inglaterra; el primero se encontraba sumido en el sistema feudal mientras que los otros dos países se encontraban industrializados; en uno había esclavos, en los otros (sobre todo en Francia) se pronunciaba la libertad. A pesar de este entorno (el cual hacía difícil una revolución en Alemania) se veía en el hombre (como ser pensante) la posibilidad de aprehender el contraste entre la miseria que existía en todas partes y las potencialidades humanas de la nueva época, y como persona moral podía mantener la dignidad humana y la autonomía (aunque sólo en su vida privada).

Los esfuerzos históricos concretos (revolución francesa) por llevar un orden racional a la sociedad eran trasladados al plano filosófico en Alemania (lo que hacia necesario elaborar un concepto de razón). Para Hegel el giro decisivo que dio la revolución francesa era que el hombre empezó a contar con su espíritu y se atrevió a someter la realidad dada a la normas de la razón. El hombre aparece entonces como un ser pensante y la razón lo capacita para entender sus potencialidades y las de su mundo.

El uso de la razón puede hacer que el hombre se percate de que la historia es una constante lucha por la libertad y que la realización de la individualidad del hombre requiere de la propiedad para realizarse plenamente, y que todos los hombres tienen los mismos derechos a desarrollar sus capacidades. Al oponer esto con lo que de hecho prevalece (desigualdad y esclavitud) se obtiene un contradicción, por lo que esta realidad no razonable tiene que alterarse hasta que se conforme con la razón. Todos los pensamientos sobre lo verdadero, lo bueno y lo justo deben ser realizados en la realidad individual y social del hombre. Sin embargo el pensamiento varía con cada hombre y esta diversidad de opiniones es incapaz de orientar la organización de vida del hombre. Por esto, se hace necesario que el pensamiento del hombre denote normas universales para que la razón pueda reclamar el gobierno de la realidad. Para Hegel este gobierno de la realidad por la razón sólo puede ser cuando la realidad se convierte en racional para sí misma, y esto se logra cuando el sujeto penetra en el contenido mismo de la naturaleza y de la historia. Por lo tanto la realidad objetiva es la realización del sujeto. Hegel resume esta proposición diciendo que el Ser es, en sustancia, un sujeto.

La idea de sustancia como sujeto concibe la realidad donde todo ser es la unificación de fuerzas contradictorias. Todo lo que existe es real en tanto funcione como sí mismo ante todas las contradicciones que constituyen su existencia. La diferencia entre la piedra, la planta y el hombre esta en que este último es capaz de percatarse (mediante la razón) de las contradicciones de su existencia. La razón presupone la libertad, el poder de actuar de acuerdo con el conocimiento, el poder de dar forma a la realidad de acuerdo con sus potencialidades.

El marco filosófico

La vida de la razón aparece como una lucha constante del hombre por comprender lo que existe y por trasformarlo de acuerdo con la verdad comprendida. En Hegel, la razón es una fuerza histórica (en última instancia la historia de la humanidad) y se le designa con el termino Geist, lo cual denota que el mundo histórico está en relación con el proceso en el cual se desarrolla la racionalidad del hombre y no como una sucesión de momentos: es así una lucha constante por adaptar el mundo a las potencialidades de la humanidad. Pero lo que hace de la razón una fuerza objetiva es que todos los modos del ser son en cierta medida subjetividad, modos de la realización. Objeto y sujeto logran la reconciliación porque el objeto es en sí una suerte de sujeto y todas las formas del ser culminan en el sujeto libre, capaz de realizar la razón. Entonces, la naturaleza se vuelve un intermediario para el desarrollo de la libertad.

La relación entre realidad y razón ya no se muestra como un acto especulativo (pasivo, contemplativo). La unidad de razón y realidad se logra a después de un proceso que inicia con el nivel más bajo de la naturaleza y culmina con la realización de un sujeto libre y consciente de todas sus potencialidades (forma más alta de existencia). Si todo lo racional es real, significa que aquello que no sea racional debe modificarse hasta ser racional y por ende real. El Estado sólo se hace real cuando se corresponde con las potencialidades del hombre y permite su desarrollo.

domingo, 22 de mayo de 2011

Resumen: Marcuse, Razón y revolución (Introducción)

H. Marcuse, Razón y revolución, Madrid, Alianza,1971. Introducción, pp.9-33.

Versión de Rodrigo Gastón García

“Nunca (…) había sido percibido que la existencia
del hombre se centra en su cabeza, es decir,
en el pensamiento, por cuya inspiración
construye el hombre el mundo de la realidad.”

La Revolución Francesa, además de sustituir un sistema político-económico feudal y sustituirlo por uno dirigido por la burguesía (el ciudadano), declaró la posibilidad –por primera vez en Europa– del hombre para emanciparse de autoridades externas y organizar una nueva sociedad a partir de la razón, como lo intentaron las ideas ilustradas. La industria fue un punto importante en donde se apoyaron los teóricos de la Ilustración, pues ésta parecía otorgarle al ser humano infinitas posibilidades de producción, y de esta manera “el proceso económico aparecía como el fundamento de la razón.” El dominio de la razón significaba a la vez la liberación de la industria.

Hegel retoma el concepto de razón –central en su filosofía– de la Revolución Francesa, pero se vuelve hacia su propia realidad, la alemana, cuyo desarrollo material estaba muy por detrás del de Francia, aun cuando sucedía todo lo contrario con las ideas. Es por esto que Hegel pretende ordenar dicha realidad mediante la razón, pues es el pensamiento lo que permite al hombre reconocer no sólo sus propias potencialidades, sino también las de su sociedad. Así pues “lo que el hombre piensa que es verdadero, justo y bueno tiene que ser realizado en la organización real de su vida individual y social.”

Sin embargo, lo que es considerado justo o verdadero varía de individuo en individuo, y en dicha ambigüedad no puede organizarse una sociedad hacia metas comunes. Esto no es para Hegel –a diferencia de Kant– irremediable, puesto que como la razón del hombre le permite reconocer las potencialidades de su realidad, así también le permite hallar conceptos y normas universales; ideales válidos para la humanidad entera en su movimiento hacia la libertad, que se logrará cuando la realidad devenga sí misma (para sí). Esta capacidad inherente –la racionalidad– al ser humano se debe a su condición de sujeto, que a diferencia del objeto-sujeto como la piedra o la planta, le permite percatarse de sus determinaciones, es decir, que tiene conciencia de sí –tanto de lo que es como de lo que puede ser; en otras palabras, el ser humano puede alcanzar la autoconciencia. Y en la medida en que lo logra, es libre.

Así, la historia de la humanidad es un devenir progresivo, “una continua lucha para adaptar al mundo a las crecientes potencialidades de la humanidad”, cuyo fin último es la realización de la libertad, pues lo real es sólo aquello que concuerde con la razón universal. En un principio, Hegel proponía la desaparición del Estado, pues como máquina de dominación inhibía la libertad del ser humano al tratarlo como un mero engranaje de sí misma, pero a medida en que el sistema hegeliano se va constituyendo, sus planteamientos más radicales se van atenuando, quizás porque su propia sociedad liberal se lo exige.

El idealismo alemán “rescató” a la razón como ordenadora de la sociedad del empirismo inglés (Locke, Hobbes, Hume), el cual proponía que la razón estaba limitada por la costumbre o la tradición, pues son éstas lo que determina al ser humano. La consecuencia del empirismo –funesta desde la perspectiva hegeliana– es el conformismo: como el ser humano se constituye a partir de los “hechos dados”, de la realidad en que vive, la razón se pliega –queriéndolo o no– a la costumbre, cancelando toda posibilidad de emplear la razón para ordenar la sociedad, y con ella los hábitos mismos. Y esto es justamente lo que Hegel postula en su filosofía: que el Espíritu, la historia de la razón, se realiza en la libertad y la verdad, que se alcanzan cuando la realidad es, de hecho, todo aquello que puede ser.

20.05 Marcuse. Pensamiento y realidad

Bitácora de la clase del 20 de mayo de 2011

Versión de Rodrigo Gastón García

“El pensamiento tiene que gobernar la realidad.”

Durante esta clase comenzamos a revisar en general los planteamientos introductorios que Marcuse hace sobre la teoría hegeliana en Razón y  revolución, bajo una perspectiva crítica y ciertamente original que nos permite pensar las similitudes entre Hegel y Marx.

Una idea central en la filosofía de Hegel es que la verdad no reside en los resultados, sino en los procesos, y que para conocer la realidad de alguna cosa es necesario acudir a su historia; es más o menos esto lo que hace Marcuse al contextualizar a Hegel. La Revolución Francesa fue el suceso histórico más relevante del momento en el que Hegel comenzó a estructurar su sistema filosófico, pues dicho movimiento, además de iniciar un proyecto político nuevo en Francia, puso en entredicho la miserable realidad alemana, que no parecía coincidir con el gran desarrollo intelectual en el cual se desenvuelve Hegel.

En efecto, su teoría responde de varias formas al reto que planteó la Revolución Francesa: cómo reconstruir un Estado y una sociedad a partir de la razón para superar las contradicciones sociales que predominan, es decir, los problemas que genera la “sociedad individualista”, en donde cada uno se preocupa exclusivamente de su propio bienestar, dejando al margen el “bien común”. Así lo intentó justamente la Revolución Francesa –que podemos pensar como el primer intento de transformar la estructura social colectivamente y organizarla mediante la razón–, motivada por las ideas de la Ilustración que destacaron valores como la libertad, la igualdad y la fraternidad, y que sin embargo fracasó, culminando en la época conocida como el Terror. Es sobre la libertad del ser humano que Hegel concentra sus esfuerzos teóricos.

La libertad es una determinación de la conciencia, de la razón, cualidad que los objetos –como las piedras o las plantas– carecen, aunque éstos también tengan determinaciones (pasivas). Es precisamente la conciencia de las determinaciones (activas) lo que dota al ser humano, a diferencia de las piedras, de libertad, lo que le da la capacidad de autodeterminarse, pero no sólo a sí mismo, sino de ordenar su propia sociedad. Así pues, la razón es el “instrumento” específicamente humano para ordenar la sociedad y superar las contradicciones de ésta.

¿Pero cómo o con base en qué se ordenará la “nueva” sociedad? Recordando los textos que revisamos de Hegel, retomamos la idea de que la libertad puede entenderse –equívocamente– como arbitrio (el hacer lo que se quiere), que debe superarse necesariamente para ordenar una sociedad; la libertad también puede entenderse como únicamente interior, como sólo libertad de pensamiento. Pero la libertad humana debe hacer coincidir la razón con la “exterioridad”, es decir, la materialidad. Y esto sólo puede lograrse mediante los universales, pues la superación de las contradicciones sociales parte de la conciencia de que las cosas “están mal” y de que “deben ser” de otra forma; es por esto que “el pensamiento es más real que sus objetos”, pues la realidad aparente, la de los hechos, es real en sí, pero sólo mediante la realización de sus potencialidades –esto es, sus universales– se torna “realmente real”, es decir, cuando la realidad deviene para sí. En pocas palabras, Hegel propone que como ser libre y racional, el humano puede dirigirse colectivamente, como humanidad, hacia y por los universales en su empeño de construir una mejor sociedad.

martes, 17 de mayo de 2011

13.05 Althusser. Materialidad de la ideología

Bitácora del 13 de mayo de 2011

Versión de Darío Cruz

En esta sesión analizamos el contenido de «Ideología y aparatos ideológicos del Estado» de Louis Althusser.

La exposición del profesor dio comienzo con un punto dentro de la explicación de Althusser: la justificación ideológica de los aparatos de represión del Estado. ¿Por qué el Estado necesita de la represión? No obstante, no existe Estado que se sostenga de modo exclusivo por medio de represión. Así pues, la violencia (la represión) necesita una justificación ideológica.

Entonces, el modo de producción capitalista necesita reproducir:

1) La fuerza de trabajo
2) Las relaciones de producción.

Para tal objetivo, la clase dominante (burguesía) crea aparatos ideológicos de control y, de esta manera, la escuela resulta ser el primordial. Así pues, con la escuela logra implantar desde muy temprano la sumisión, así como asegura el requerimiento de obreros “calificados”.

Para entender cómo es el proceso de creación de estos aparatos ideológicos, necesitamos entender qué es la sociedad. Althusser, mediante la metáfora de un edificio, establece dos categorías muy importantes: la infraestructura (la base económica) y la supraestructura (los niveles jurídico-políticos e ideológicos que se sostienen de la base). La infraestructura determina a la supraestructura, que Engels llama “la determinación en última instancia”.

Así pues, el Estado es, además, la perpetuación del modo de producción capitalista mediante una íntima relación. Para que el Estado garantice al capitalismo su subsistencia, necesita de las dos diferentes herramientas: del poder represivo y de los aparatos de dominación.

La interpretación marxista tradicional supone la desaparición del Estado tras la obtención del poder (asegurando de ese modo la coerción) por medio de la lucha de clases.

La división entre lo público y lo privado es consecuencia de la reproducción del modo de producción capitalista, es decir, la atomización de la sociedad es producto directo del capitalismo.

Tras todo lo anterior, se aborda la interrogante ¿Qué es la ideología? De acuerdo con Althusser ésta no tiene historia, porque tener historia significa actuar como parte de los acontecimientos, y la ideología está en función de lo que sucede en la base económica (la infraestructura). La ideología es por ello eterna (transhistórica). Otro punto importante acerca de la ideología es que ésta es una relación imaginaria, porque el sujeto productor aparece ante sí mismo como producto. Y el producto espiritual, la ideología, es la consecuencia de la propia relación imaginaria con las cosas.

Sin embargo, Althusser dice que no es así. El error ha sido creer que la ideología tiene sólo un carácter imaginario, cuando más bien es real y material. ¿Pero en qué sentido las ideologías tienen una materialidad? Pues en que éstas están representadas en nuestros actos y éstos son esa materialidad. Los ideales existen en las prácticas: nuestros actos son la materialización de las ideas, y las ideas están determinadas económicamente. Es decir, lo que hacemos está en función de ciertas creencias.

Exposición: Marx. Subsunción formal y real

José Escárcega nos comparte la exposición en Power Point que hizo sobre la diferencia entre subsunción formal y real en el capítulo VI inédito de El capital. Revísala completa aquí.

Resumen: Marx, El capital (VI. inédito)

Marx, El capital. Libro 1. Capítulo VI. Inédito, México, Siglo XXI, 1971, pp.54-77.

Por Ileana García

Subsunción Formal del Trabajo en el Capital

El proceso laboral ha sido siempre el mismo, no hay un cambio esencial en su forma o proceso; sin embargo, ahora se encuentra subordinado al capital, el cual se vuelve el comprador directo del trabajo y el propietario del proceso de producción. Cuando se dan ciertos cambios en la escala de la producción y el trabajo, la jornada laboral es ahora continua e intensa, hay amplitud de los medios de producción, mayor cantidad de obreros, existe un solo patrón y el plusvalor es absoluto.

El trabajo se convierte, en cuanto posibilidad de creación de plusvalor, en el instrumento de la autovalorización del capital. El capitalista es el dirigente de los procesos de explotación del trabajo ajeno en los cuales el objetivo es obtener más dinero del dinero por medio de la prolongación de la jornada laboral y la obtención de la mayor cantidad de plustrabajo posible.

Los obreros se introducen al proceso de producción del capital en una relación coercitiva de dominación meramente económica (a partir de la cual se pueden desarrollar otros tipos de dominación), en la cual ya no se enfrentan dos poseedores de mercancías, sino un poseedor de mercancías que se ve en la necesidad de vender su trabajo a un poseedor de dinero, para poder satisfacer sus necesidades convirtiéndose así en asalariado. El trabajador, a diferencia del esclavo depende completamente de la venta de su trabajo, pues no tiene asegurado un salario mínimo que cubra sus necesidades puramente físicas, sino que debe trabajar intensamente en la lucha por su sobrevivencia. Como vendedor de mercancías es responsable de la calidad de ésta y corre el riesgo de que su puesto sea tomado por otro vendedor de mercancías. El obrero, según el desarrollo de sus capacidades, recibe en forma de dinero su salario, al cual le es indiferente el tipo de actividad o el contenido de su trabajo. Este dinero lo convierte el obrero en valores de uso.

Quizás la diferencia más grande que tiene el obrero con el esclavo es que aquél es «libre» de escoger la variación de actividad que le permita un mejor salario, y esto se evidencia mediante la migración campo-ciudad.

Subsunción Real del Trabajo en el Capital
o
Modo de Producción Específicamente Capitalista

De la aplicación consciente en el proceso directo de producción de las ciencias naturales y tecnología con determinados objetivos que responden a los intereses del capitalista, surge el plusvalor relativo.

Para que la subsunción se pueda dar, es necesario que existan capitalistas industriales fuertes. Un capitalista necesita el capital mínimo según el desarrollo de la industria que le corresponda, así como los medios de producción a escala social que no tengan relación con la producción del individuo o su familia.

Posteriormente la productividad del trabajo, la masa de la producción, la masa de la población y la masa de la sobrepoblación, junto con el trabajo y el capital disponible, suscitan y se apoderan de nuevas ramas industriales. De este modo, la producción aumenta y las esferas productivas se diversifican. El capitalismo no reconoce límites, pues en el esquema de riqueza por riqueza y producción por producción hay cabida para todas las ramas industriales: los maestros gremiales que dejan de ser artesanos para volverse capitalistas, los comerciantes que se vuelven meros supervisores de la compra y venta de productos, la agricultura que es para el comercio y no la subsistencia, son algunos ejemplos del cambio a la dinámica del capital.

La producción se le contrapone al productor, al obrero, quien la ve como ajena y hostil, no como el fruto de su trabajo, de la misma forma el capitalista ve al obrero como simple medio de producción, esa producción debe llegar a su máximo con la mínima cantidad de trabajo posible, incluso sin importar la voluntad del capitalista, las condiciones de trabajo del obrero son olvidadas.

lunes, 16 de mayo de 2011

Resumen: Althusser, Aparatos ideológicos del Estado

L. Althusser, «Ideología y aparatos ideológicos del Estado» en La filosofía como arma de la revolución, México, Siglo XXI, 1974, pp.102-151.

Resumen de Ximena Apaez

Los aparatos ideológicos del Estado son múltiples instituciones diferenciadas y especializadas, que se nos presentan bajo diferentes realidades. Mientras que el aparato de Estado es uno, pertenece al dominio de lo público.

El aparato represivo del Estado actúa mediante la violencia, mientras que los aparatos ideológicos funcionan mediante ideología.

Para asegurar esta reproducción, el Estado funciona como la reproducción en sí y para sí mismo. Los aparatos ideológicos del Estado son los que funcionan de mejor forma para lograr este fin, dadas sus condiciones históricas y repasando los aparatos ideológicos del Estado que han detentado el poder, observamos que en la Edad Media la Iglesia cubría varias funciones que en la actualidad han pasado a varios aparatos como el educativo o el cultural, sin embargo, con la reforma y la separación entre Iglesia y Estado, surgió una nueva institución que sustituyó la función ideológica dominante de la Iglesia: La escuela, el aparato ideológico dominante por excelencia.

Supuestos para entender a qué se refiere cuando habla de Ideología:

En principio, la Ideología no tiene historia, está constituida de ilusión, sueño, nada; por el hecho de que toda su realidad se encuentra fuera de sí, carece de historia propia. La ideología es una representación de relaciones imaginarias entre individuos y sus condiciones reales, y sin embargo, todas las materializaciones se hacen a partir de la ideología. Entonces, toda práctica existe bajo una ideología.

13.05 Althusser. Materialidad de la ideología

Bitácora de la sesión del 13 de mayo de 2011

Versión de Ximena Apaez

La clase se inauguró con la pregunta: ¿En qué condiciones se produce la reproducción de los medios de producción? Se analizó en primer lugar que una sociedad necesita reproducir sus medios de producción para garantizar la reproducción misma del Estado. Para que esto suceda, el proceso constará de dos momentos: Reproduciendo las fuerzas de trabajo y reproduciendo las condiciones de producción.

Se analizó qué tipo de instituciones son claves para reproducir las condiciones ideológicas que permiten a los “ciudadanos” continuar con el proceso reproductor del Estado: La Escuela es el aparato reproductor de los medios de producción por excelencia. 8 horas diarias por 5 días a la semana durante 6 años como mínimo, obligatorias y sin excusa alguna, son necesarias para digerir y asumir la ideología del Estado.

Para entender esta sumisión presente en demás instituciones como la religión, la cultura, el deporte, etc, habríamos que entender el concepto de sociedad:

En la superestructura encontramos el Estado, que puede —a su vez— funcionar como poder o como aparato ideológico, cada uno actúa y ejerce presión de diferentes formas pero buscan el mismo fin, reproducir los medios de producción. Entonces, ¿cómo abolir el capitalismo y destruir los aparatos ideológicos y de poder en el Estado?

Pero, ¿Cómo cuestionar el aparato ideológico del estado? La respuesta se da en 3 momentos

1) La ideología no tiene historia. Lo que acontece en ella está en el orden de las bases materiales

2) La ideología es una relación imaginaria (Por un lado es Mecanicista: se impone, y por otro, Hermenéutica: El hombre mismo la crea como un producto)

3) La ideología es material. La ideología es representada en actos, nuestros actos son la materialización de las ideas.

Este último punto produjo ciertas reticencias en clase, pues dejó varias interrogantes al aire.
Si el hecho es la representación de una creencia, actuamos de acuerdo con lo que creemos. Inferimos que la mayoría de nuestros actos están mediados por todo un sistema de creencias ideológicas materializadas. Para concluir la sesión, quedó pendiente la pregunta:
¿Cuál sería la materialización de una ideología de América Latina?

Sería un buen momento para arriesgar algunas respuestas. El debate sigue pendiente, espero que a través de este medio participemos para llegar a una interesante conclusión.

viernes, 13 de mayo de 2011

11.05 Marx. Masa de Plusvalor

Bitácora del 11 de mayo de 2011
Por Ileana García

Durante la sesión del miércoles 11 de mayo revisamos algunos conceptos vistos previamente para entender ahora el de “masa del plusvalor”.

Es a través del capital variable, es decir la fuerza de trabajo, como se transfiere el valor del capital constante, es decir los medios de producción, a las mercancías,. Esto es posible por la dualidad del trabajo vivo que consiste en agregar y conservar valor. Para realizar esta dualidad en las mercancías, es necesario cumplir con un tiempo de trabajo compuesto por la suma del tiempo necesario, durante el cual el trabajador cumple con su parte en la transmisión de valor a las mercancías, sin ganancia para el capitalista, más el plustrabajo, el tiempo de trabajo no cubierto por el salario gracias al cual se aumenta el capital y se obtiene el plusvalor.

La masa del plusvalor es la cantidad de plustrabajo que puede obtener el capitalista. Tal cantidad logra ser aumentada con un incremento en la tasa de explotación, o bien, con un incremento en el número de explotados. Sus fórmulas son las siguientes:

Masa del plusvalor = PV/V · CV
 ó
Masa del plusvalor = FT · PT/TN · n

La masa del plusvalor representa otra forma en la cual se puede ver la dinámica acumulativa del capital. El capitalista aprovecha la necesidad de sobrevivencia del trabajador para obtener ganancia (plusvalor/ capital).

José expuso el Capítulo VI inédito del Tomo I de El capital. Subrayó cómo es a partir del proceso de trabajo que surgen las formas de vida. Este proceso siempre ha estado presente, y para estudiarlo es necesario utilizar un marco teórico que dé cuenta del «cómo» de los sujetos productores y de sus modos de producción, que van cambiando con el tiempo.

La subsunción formal de trabajo en el capital es un proceso que siempre ha estado presente y es la objetivación del trabajo a las necesidades de una clase. Es así también el surgimiento de la relación dominandor/dominado. En este punto se hizo énfasis en cómo los trabajadores ven a su fuerza de trabajo como un objeto, una mercancía y no cómo la fuente de riqueza.

La subsunción real de trabajo en el capital es un proceso propio del capital mediante el cual se hace un marco de desarrollo de la ciencia y la tecnología que afecta el proceso de trabajo y que está encaminado a la obtención de objetivos específicos del capitalista.

Es solamente mediante la acción colectiva como se puede hacer un cambio en la mercantilización de la fuerza de trabajo, ya que individualmente el capitalista se aprovecha de la necesidad de sobrevivir de cada trabajador.

martes, 10 de mayo de 2011

Resumen: Marx, El capital (IX)

RESUMEN DEL CAPITULO IX DE EL CAPITAL, VOLUMEN 1, TOMO 1
Por María González

TASA Y MASA DEL PLUSVALOR

La fuerza de trabajo, es decir, el elemento de la jornada laboral necesaria para la ejecución de la fuerza de trabajo, es una magnitud constante.

Con la tasa del plusvalor se llega de igual forma a la masa del plusvalor, que el obrero individual entrega al capitalista en cierto proceso. Ejemplo, el trabajo necesario es diariamente 6 horas, representadas en una cantidad de oro equivalente a 80 pesos, esto nos dará el valor diario de una fuerza de trabajo. Además, si la tasa del plusvalor es del 100%, el capital variable de 80 pesos resultará en una masa de plusvalor de 80 pesos, o, diciéndolo de otra forma, el obrero producirá diariamente una masa de plustrabajo de 6 horas.

Por otro lado, el capital variable, es la expresión dineraria correspondiente al valor total de las fuerzas de trabajo, que el hombre capitalista toma simultáneamente del proceso de producción. Un capital variable de 80 pesos, sumado a la fuerza diaria de trabajo y el plusvalor generado, nos demuestra que un número de n trabajadores y un plusvalor diario es de 80 pesos x n. La masa de plusvalor producida es igual a la suma del plusvalor de todos los obreros que forman la fuerza de trabajo, por lo tanto al observar la masa de plusvalor también estamos integrando a la tasa de plusvalor.

En cierta producción de masa de plusvalor, puede equilibrase el decrecimiento de un factor por el otro, o sea la reducción en el número de obreros ocupados es compensable por la extensión proporcional de la jornada laboral. Por lo que, el conjunto de trabajo explotable por el capital es independiente del conjunto de obreros.

Sin embargo, el incremento de obreros o de la jornada laboral presenta límites importantes. Sea cual fuere el tiempo de trabajo necesario, así como, el valor de la fuerza de trabajo, el valor que realiza un obrero constantemente siempre será menor que el valor que se encuentra en 24 horas de trabajo. Entonces, está barrera se puede articular como, jornada laboral media.
Después de la tasa de plusvalor y valor de la fuerza de trabajo, se mueve el capital variable, donde su incremento dependerá de la masa del valor y el plusvalor que generen. Si ya está establecido el límite de la jornada laboral, la masa de valor y plusvalor que produzca un capitalista, este dependerá esencialmente de la masa de trabajadores que se encuentre en movimiento.

Se sabe que el hombre capitalista divide su capital en dos partes. La primera la utiliza en la compra de los medios de producción. La segunda en fuerza de trabajo viva. Así se constituye su capital variable. Con lo mencionado anteriormente se puede decir que, “estando dado el valor de la fuerza de trabajo y siguiendo el grado de explotación de la misma, la masa de valor y el plusvalor producidas por diversos capitales estarán en razón directa de las magnitudes de las partes variables de esos capitales, esto es, a sus partes invertidas de fuerza de trabajo viva”.

Hasta ahora el análisis se ha hecho entorno a la producción del plusvalor, que no sólo tiene que ver con las sumas de dinero, sino que un mínimo de valor de cambio se encuentre en un poseedor individual adecuado. Dependiendo de las diversas etapas de desarrollo de producción y técnicas específicas este poseedor puede metamorfosearse en un hombre capitalista.

El capital se convierte en mando sobre el trabajo, lo que quiere decir que el capitalista se vuelve supervisor sobre la fuerza de trabajo en movimiento.

lunes, 9 de mayo de 2011

Tema trabajo final

Según acordamos en la sesión del 29 de abril, la pregunta específica a partir de la cual podrán plantear el tema de su ensayo final es la siguiente:

¿Cuál es (son) la(s) diferencia(s) entre la lectura que hace Hegel y la que hace Marx de la relación entre las ideas y la —construcción de la— realidad (social)?

Dado que el esquema debe tener mi aprobación antes del 27 de mayo, es recomendable que presenten un avance esta misma semana, o a más tardar el miércoles 18.

domingo, 8 de mayo de 2011

Resumen: Marx, El capital (VI. y VII.)

K. Marx, El capital, Tomo I, Capítulos VI y VII.
Por Oscar López

Capítulo VI

Este importante pensador alemán explica la manera en que el obrero agrega una nueva cantidad de valor a un objeto de trabajo, además de los valores de medios de producción que ya posee a causa de la transferencia al objeto del trabajo, por medio de una cantidad determinada de trabajo concreto.

Esto se debe a que, agregando el valor nuevo se conserva el viejo por una dualidad del trabajo mismo. El proceso que describe Marx es dual, es decir, una adición cualitativa de trabajo (tiempo de trabajo socialmente necesario), se añade al nuevo valor, y otra adición por la cualidad del trabajo agregado. Mediante este proceso, se conservan en el producto los viejos valores que agregaron los medios de producción.

Si el tiempo de trabajo que se incorpora a un producto es mayor, mayor será el valor nuevo que se agrega al producto. Esto es proporcional a la cantidad de producto del trabajo con relación a: 1) las horas de trabajo necesario; 2) el valor agregado, y 3) el valor viejo que se conserva en el producto de trabajo. Esto se estima bajo condiciones de producción constantes, en donde el obrero conserva más valor en la misma medida en que lo adiciona. Estas condiciones se mantienes así por ser independientes de su propio trabajo.

Bajo la premisa de que si se pierde el valor de uso por lo tanto se pierde el valor, ha de suponerse que los medios de producción pierden su valor; sin embargo, esto no sucede así, según explica Marx, debido a que durante el proceso natural solo cambian su forma originaria de su valor de uso para adquirir otra. Esta transformación sucede tanto en los medios de producción y las materias primas como en los materiales auxiliares. En este proceso, un medio de producción se incorpora totalmente al proceso laboral (participa en el proceso íntegramente como un elemento del proceso.) y sólo se incorpora en parte, (lo hace de manera fraccionada) al proceso de valorización. Aquí Marx aclara que un medio de producción puede entrar de manera entera en el proceso de valorización y hacerlo fraccionadamente en el proceso de trabajo.

El proceso de conservación de valor preexistente es completamente ajeno a la voluntad del obrero.

06.05 Marx. Jornada laboral

Bitácora de la clase del 6 de mayo de 2011
Por Oscar López

«Todo puede funcionar mejor si los peor colocados
[la clase obrera, los pobres] no son envidiosos»

E. Dussel, a propósito de J. Rawls y Marx
Durante el proceso del trabajo capitalista se genera y se agrega valor al mismo tiempo.
Se tiene una materia prima que se transforma para convertirse en mercancía, la materia prima ya tiene un trabajo por lo tanto ya tiene un valor, en la mercancía se realiza el valor de uso, en el sentido que conservan el valor de la materia prima, lo anterior se realiza gracias al trabajo añadido por el obrero y añade valor.

Durante el proceso de trabajo el valor de las materias primas y el de las auxiliares se conserva.
El trabajo vivo es la transformación de valor, gracias al proceso del trabajo se añade valor y conserva el valor de los medios de producción, mediante las horas hombre objetivadas.

El valor de los medios de producción se transfiere proporcionalmente, en relación al desgaste invertido para la producción del producto. El capital constante agrega una magnitud mayor al objeto mientras el capital constante no agrega valor. El plusvalor sale del capital variable, pues no es sólo una trasformación de mercancías, está en función del valor adicional que el obrero le ha añadido a un producto. El trabajo necesario es cuando el obrero desquita su salario, y cuando empieza a producir plustrabajo, se produce el plusvalor.

06.05 Marx. Jornada laboral

Bitácora de la sesión del 6 de mayo de 2011
Por María González

SEGUIMIENTO DE LOS CAPÍTULOS VII Y VIII DEL “CAPITAL” TOMO 1, VOL. 1

La tasa del explotación es el resultado del plustrabajo entre el trabajo necesario. Es decir, la materia prima se caracteriza por estar representada en el capital constante, mientras el trabajo en capital variable.

Ahora bien, la valorización del dinero surge del poder adquisitivo que tiene el capitalista. La transformación del trabajo vivo también se ve encaminada y controlada por este. Un argumento que suele utilizarse es que, al trabajar —supongamos— 12 hrs se considera que las ultimas 6, son para producir el plustrabajo de esa jornada laboral. Sin embargo dentro de esta argumentación se puede encontrar la falacia de la dualidad del trabajo vivo, donde el obrero, al vender su fuerza de trabajo, añade y conserva valor en la mercancía, por lo tanto, considerando el total de la jornada, produce plusvalor para el capitalista desde el momento en que empieza a producir.

En la jornada laboral se pueden encontrar dos límites: el primero es el físico, que contiene el desgaste de un trabajador en un tiempo determinado (24 hrs), el segundo, el moral, pues se emplea un día en específico para dar un seguimiento al “espíritu” (domingo, día de ir a misa, o los feriados, etc.).

En el primer límite se encuentra un desgaste corporal, donde la fuerza de trabajo tiene un robo en el tiempo, por lo que, la historia del capital ha sido la historia dela lucha de clases por reducir la jornada laboral y por mejorar las condiciones de trabajo. Aquí, el capitalista busca sacar provecho de las necesidades humanas, principalmente la del hambre, ya que por medio del dinero se pueden comprar alimentos y el obrero no lo tiene antes de trabajar. Una consecuencia de esto es que en el tiempo de crisis, ante la escasez de fuentes de trabajo, se aumenta el tiempo de la jornada laboral...

Una solución que se presenta para la hambruna del plustrabajo es la coalición social, porque el trabajador aislado no puede enfrentar al modo de producción capitalista. Ello muestra que el trabajador no es «libre», o que esta «libertad» de vender su fuerza de trabajo es en verdad muy limitada ante la explotación.

Resumen: Marx, El capital (IX)

K. Marx, El capital, México, FCE. Capítulo IX.
Por Rodrigo Gastón

Capítulo IX
CUOTA Y MASA DE PLUSVALOR

El cálculo de la cuota o tasa de plusvalor no solamente nos sirve para determinar el grado de explotación, sino también para determinar la masa de plusvalor. Sin embargo, el capitalista no explota a un único obrero, sino que tiene a muchos de ellos a su disposición, por lo que el valor total del capital variable estará en función del valor medio de una fuerza de trabajo multiplicada por cada obrero. La masa de plusvalor se obtiene pues al determinar el plusvalor que genera un obrero solo durante su jornada y multiplicarlo por el total de obreros explotados. Así, podemos enunciar una primera ley:

“La masa de plusvalor producida es igual a la magnitud del capital variable desembolsado multiplicado por la cuota de plusvalor, o lo que es lo mismo, se determina por la relación compleja entre el número de fuerzas de trabajo explotadas simultáneamente por el mismo capitalista y el grado de explotación de cada fuerza de trabajo de por sí.”

De este modo, contamos con dos maneras de calcular la masa del plusvalor (P), mediante estas fórmulas:

P = p/v ∙ V ; en donde: p =plusvalor generado por cada obrero; v = capital variable desembolsado para comprar un día de fuerza de trabajo individual; V = suma global del capital variable; o bien,

P = f ∙ a´/a ∙ n ; en donde: f = valor medio de una fuerza de trabajo; a’/a = plustrabajo/trabajo necesario; n = número de obreros explotados.

Hay pues, dos elementos que al incrementarse, incrementan a su vez la masa de plusvalor: por un lado, la tasa de plusvalor o explotación, por el otro, la prolongación de la jornada laboral (“la afluencia de trabajo explotable por el capital es independiente de la afluencia de obreros”).
Una segunda ley establece que, naturalmente, el límite máximo de una jornada laboral es de 24hrs. Un medio conveniente para el incremento de la masa de plusvalor es la explotación del obrero, a pesar de que la jornada de trabajo no puede prolongarse hasta el infinito. De hecho, la contratación de más fuerza de trabajo por sí misma no aumenta la masa de plusvalor, sino que la disminuye, a menos que dicho incremento de capital variable vaya aparejado de una mayor tasa de plusvalor.

Una tercera ley establece que, aunque el incremento del capital variable por sí mismo, aislado, no aumente la masa de plusvalor, “dada la tasa de plusvalor y dado también el valor de la fuerza de trabajo, las masas de plusvalor producido se hallan, pues, en razón directa a las magnitudes del capital variable desembolsado.”

Si un capitalista quisiera vivir “como un obrero”, esto es obtener el dinero necesario para reproducirse, en el supuesto de que la tasa de explotación fuera del 100%, tendría que contratar a dos obreros; pero el interés de éste es el capital, la generación del plusvalor, de mucho dinero más que el necesario. En efecto, el desarrollo del modo de producción capitalista exige en algún momento que el capitalista se dedique únicamente a controlar y explotar el trabajo vivo de los obreros, pues no son las máquinas quienes añaden el valor a las mercancías; la única fuente creadora de valor es el trabajo humano.

Sin embargo, cuando el plusvalor que el capitalista obtiene, excede por mucho lo que éste invierte en capital variable –característica esencial de este modo de producción– el cambio no es sólo cuantitativo, sino cualitativo: “Ya no es el obrero el que emplea los medios de producción, sino que son éstos los que emplean al obrero”; la producción capitalista ha subsumido las necesidades del ser humano ante su propia necesidad: la obtención de más dinero mediante sí mismo; el capital.

06.05 Marx. Jornada laboral

Bitácora de la clase del 6 de mayo de 2011
Por Rodrigo Gastón

Segunda revisión del capítulo VII y revisión del VIII de El capital

Del capítulo VII retomamos algunos conceptos importantes:
  • El trabajo humano, vivo, es dual: por un lado, añade valor sobre aquello que trabaja, por el otro conserva el valor ya existente en lo trabajado. Por lo que es el capital variable –la compra de trabajo vivo– en donde se halla el secreto del plusvalor.
  • El capital constante, por su parte, no añade valor a los productos, sino que se limita –por su carácter inerte, muerto– a ser transferido. Así, para calcular el plusvalor es necesario igualar a 0 lo desembolsado por el capitalista en medios de producción.
  • El plusvalor es la materialización de un plustrabajo, de un tiempo de trabajo excedente, durante el cual el obrero ya no produce para sí –para su reproducción, para cubrir su salario– sino para el capitalista.
  • La tasa o cuota de plusvalor permite saber el grado de explotación mediante la fórmula:
p/v, en donde p = plusvalor generado, v = capital variable; o lo que es lo mismo: plustrabajo/trabajo necesario.

Además, el plusvalor no se genera durante las últimas horas de la jornada laboral, como sucede según la falacia de “la última hora”, de la cual los capitalistas (como Senior) se servían para mantener las jornadas laborales prolongadas: ¿cómo reducir la jornada de 12hrs a una de 9hrs, si es justamente durante esas últimas 3hrs que el obrero, habiendo cubierto ya su salario, genera las ganancias para mí?, se excusaban. Esto no sucede así porque, como ya hemos dicho, el proceso de trabajo vivo genera valor a la vez que lo conserva; no hace lo uno primero que lo otro.

Podríamos pensar que la teoría marxista sólo sirve para examinar procesos de trabajo y explotación en el ámbito industrial, pero con el sólido bagaje conceptual que hemos revisado, intentamos también analizar la generación del plusvalor en el ámbito de servicios (educación, publicidad, etc.) y concluimos que el análisis marxista puede realizarse en cualquier empresa en donde se haga más dinero del dinero mismo, esto es, en donde se genere plusvalor mediante la explotación de la fuerza de trabajo. De hecho, basta con identificar el plusvalor que genera dicha empresa y lo que gasta en capital variable para calcular la tasa de explotación por medio de la cual éstas se enriquecen. Puesto que el trabajo es la única actividad que genera valor, el plusvalor surge siempre y en cualquier circunstancia de un trabajo no pagado; de la materialización del plustrabajo.

Por su parte, la jornada laboral es variable, pero tiene ciertos límites, tanto físicos (el obrero necesita tiempo para descansar y reponer energía para poder vivir y seguir trabajando) como morales (días feriados: domingos para ir a misa, 10 de mayo, 25 de diciembre, etc.). Empero, el capitalista buscará siempre prolongar lo más posible la jornada laboral para maximizar su plusvalor y con éste su ganancia. De ahí que Marx enuncie que “la historia del capital es la lucha de clases por reducir la jornada laboral y mejorar las condiciones laborales.” Cuando el obrero exige una reducción a su jornada laboral, sólo está ejerciendo su derecho como vendedor, pues al trabajar más de lo necesario y no ser retribuido por ello, el capitalista le roba.

viernes, 6 de mayo de 2011

Resumen: Marx, El capital (VI. y VII.)

K. Marx, El capital, Tomo I, Vol. 1, México, Siglo XXI, 1975, Capítulos VI y VII.
Por Ana Laura Herrera

CAPÍTULO VI
Capital constante y capital variable

Los valores de los medios de producción consumidos reaparecen como partes del valor del producto resultante. Es así como el valor del medio de producción se conserva, ya que este proceso ocurre durante el proceso de trabajo. En este punto se presenta una dualidad del trabajo: por un lado, conserva valor y, por el otro, incorpora valor. El obrero conserva los valores de los medios de producción consumidos como partes integrantes del valor, no por añadir un trabajo en general, sino por la forma productiva específica de ese trabajo adicional, y añade el valor en cuanto trabajo social abstracto. Por medio de la adición cuantitativa de trabajo se añade un nuevo valor, mientras que mediante la cualidad del trabajo agregado se conservan en el producto los valores ya existentes de los medios de producción.

Un medio de producción se incorpora totalmente al proceso laboral pero sólo en modo fraccionario al proceso de valorización. Esto ocurre porque los medios de producción ceden al producto el valor de uso que pierden.

La fuerza de trabajo que se pone a sí misma en movimiento, es decir, trabajo vivo, conserva valor al añadir valor, cualidad que nada le cuesta al obrero pero que beneficia al capitalista.
La parte del capital que se transforma en medios de producción no modifica su magnitud de valor en el proceso de producción: CAPITAL CONSTANTE. Por el contrario la parte del capital convertida en fuerza de trabajo y que cambia su valor en el proceso de producción: CAPITAL VARIABLE.

CAPÍTULO VII
El grado de explotación de la fuerza de trabajo

El capital (C) se divide en dos partes por un lado tenemos el capital que se invierte en medios de producción (c) y capital que se gasta en fuerza de trabajo (v).

C = c+v

Al término del proceso de producción surge una mercancía cuyo valor es C´= c + v + p, esto es, donde lo que diferencia a C de C´ es el plusvalor.

Por capital constante adelantado para la producción de valor entendemos siempre el valor de los medios de producción consumidos en la producción, y sólo ese valor.

El plusvalor es una simple consecuencia del cambio de valor que se efectúa con v, la parte del capital convertida en fuerza de trabajo, y por tanto que v + p = v + v.

Para valorizar una parte del capital mediante su conversión en fuerza de trabajo, es necesario que otra parte del capital se transforme en medios de producción.

Para fines del análisis el capital constante lo igualamos a cero. El capital adelantado c + v, se reduce a v, y el valor del producto, de c + v + p al producto de valor v + p. La proporción en que el capital variable se ha valorizado está determinada por la proporción entre el plusvalor y el capital variable. Se denomina tasa de plusvalor a esta valorización proporcional del capital variable, o a la magnitud proporcional del plusvalor.

Durante el proceso laboral podemos identificar dos periodos. El primero se limita a producir el valor de su fuerza de trabajo, es decir, el obrero produce el valor equivalente al de los medios necesarios para su subsistencia (esto se debe a que no produce directamente sus medios de subsistencia). A esta parte de la jornada laboral se le denomina tiempo de trabajo necesario, y al trabajo gastado durante la misma, trabajo necesario. En el segundo periodo del proceso el obrero no genera ningún valor para él, sino que genera plusvalor. A esta parte de la jornada laboral se le denomina tiempo de plustrabajo, y al trabajo gastado en él, plustrabajo.

Al ser el valor del capital variable igual al valor de la fuerza de trabajo adquirida con el trabajo, y al ser el valor de esa fuerza de trabajo la que determina la parte necesaria de la jornada laboral, tenemos que el plusvalor es al capital variable como el plustrabajo al trabajo necesario.
La tasa de plusvalor, por consiguiente, es la expresión exacta del grado de explotación del obrero por el capitalista.

El plusproducto es la parte del producto que representa el plusvalor, y la magnitud del plusproducto se establece con la parte del producto en la que se representa el trabajo necesario. El objetivo principal de la producción capitalista, no es la magnitud absoluta del producto, sino la magnitud relativa del plusproducto ya que mide el grado alcanzado por la riqueza. La jornada laboral es la suma del trabajo necesario y del plustrabajo, de los lapsos en que el obrero produce el valor equivalente de su fuerza de trabajo y el plusvalor, respectivamente.

jueves, 5 de mayo de 2011

Lectura: Marx, Capital. I. VI. inédito

Por sugerencia de José Escárcega,  revisaremos el miércoles 11 de mayo el siguiente texto:

Marx, El capital. Libro 1. Capítulo VI. Inédito, México, Siglo XXI, 1971, pp.54-77.

El texto se puede consultar en books.google hasta la página 71,  Hay otra versión en línea que incluye hasta la página 91. A partir de este último vínculo he hecho un archivo sólo con el material que estudiaremos.

04.05 Marx. Capital constante, variable y tasa de PV

Bitácora de la sesión del 4 de mayo de 2011
Por Ana Laura Herrera

El proceso de trabajo es un proceso dual: por un lado, encontramos que, cuando el valor de uso (VU) de un medio de producción se realiza, el medio de producción desaparece, pero su valor (V) no se consume, sino que se conserva porque está agregado en la mercancía gracias al proceso de trabajo (PT). Por otro lado, el PT además agrega VU a los VU existentes, es decir, al añadir trabajo añado V y este V absorbe el V anterior, el ya existente en los medios de producción.

Es en el PT donde se logra realizar como tal la vida humana, donde el trabajo se presenta como un proceso de vida. La materia prima como tal es un VU muerto porque no sirve para satisfacer necesidades por sí solo, y esto sucede cuando las pongo en movimiento, cuando le añado trabajo.

El trabajo vivo es la adición de V pero no sólo un V al conjunto de V ya existentes. Podríamos decir que:

V de Mercancía = (V1) de Materias Primas + (V2) Materias Auxiliares + (V3) Trabajo

Sin embargo, lo que le da vida al V del objeto no es añadir el V3 (Trabajo) sino que mediante el trabajo se esta poniendo en vida todo el conjunto, es decir, pone todo en existencia. Proporcionalmente, si un objeto tiene más horas de trabajo significa que el V agregado es mayor y el V de la materia prima menor, y viceversa.

Si existe un objeto con V implica que tiene VU. Si no tiene VU no tiene V. Durante el PT, el V no se pierde porque no pierde su VU, sino que se realiza en el nuevo objeto.
Primero tenemos que el V de los medios de producción (MePro) se transfiere fraccionadamente, ya que se transfiere el porcentaje con relación al tiempo de utilidad de la maquinaria. Así, el V transferido de los MePro es igual al V de tales MePro. En consecuencia, no agregan una magnitud de V mayor a la que ya tenían antes de someterlos al PT. Y es por esto que los MePro se denominan CAPITAL CONSTANTE (CC). Este capital deja la magnitud de V igual, no la modifica. Por otro lado, la transferencia de V se realiza por medio del PT, pero que además agrega V. Tal adición y conservación de V es el CAPITAL VARIABLE (CV). Este capital agrega una magnitud de V mayor a un objeto.

Con lo anterior tenemos la siguiente fórmula:

C = CC + CV

Sin embargo, falta en la fórmula, primero, considerar el plusvalor (PV) y, segundo, igualar por el momento el CC a cero ya que —según vimos—no agrega ningún V, sino que se limita a transferirlo. De tal modo:

C = CV + PV

Si asumimos que el CC no agrega V y sólo se valoriza por el CV y la tasa del PV, podemos entonces decir que el PV está en función del V que el obrero ha añadido por medio de su trabajo.

El tiempo dedicado a transferir los V pasados (de los MePro), así como a cubrir su salario, es el tiempo necesario de trabajo (TN) . El tiempo adicional que trabaja el obrero y que genera PV, se convierte en plustrabajo. La proporción entre la tasa de PV y el V agregado por el trabajador (o entre plustrabajo y TN) es el grado de explotación de una sociedad.

Es importante no confundir la ganancia (G) con el PV, ya que la G está en función de todo el capital (esto es, G=PV/C), mientras que el PV se mide por su relación con el CV (PV=V/CV).

miércoles, 4 de mayo de 2011

Comentario sobre El capital, I, V.

Por José Escárcega

El proceso de trabajo, además de ser la interacción entre el hombre y la naturaleza, es un proceso transhistórico; es decir, el proceso de trabajo antecede a cualquiera de las formas en las que se ha configurado cualquier modo de producción y es en el modo de producción capitalista en el que la valorización del valor subsume al proceso de trabajo, el proceso de valorización es una configuración histórica.

En efecto, el capítulo V del Tomo I de El capital es clave desde un nivel empírico e histórico porque el hombre nunca ha dejado ni dejará de crear materias primas, medios de trabajo, ni de interactuar con la naturaleza. Sin embargo en la época del modo de producción capitalista, el proceso de trabajo se enfrenta con todas estas categorías como algo ajeno. En el proceso capitalista se consume la fuerza de trabajo, de manera que la relación social entre el obrero y el capitalista está orientada hacia la valorización del valor. Se vela por el consumo adecuado de las materias primas, de los medios de trabajo, y que sólo sean desgastados en la medida en que lo requiera su uso en el trabajo.

Para consumir la fuerza de trabajo, el capitalista o alguna exterioridad1 la contrapone con los medios de producción, esto es, las materias primas, los medios e instrumentos, con la fuerza de trabajo o capacidad de trabajo y paga por ella porque tiene un valor (el obrero tiene que dormir, comer, etc.). El consumo de la fuerza de trabajo se enfrenta al trabajo pretérito, al trabajo que ya ocurrió. Tal configuración es la clave: la “subjetividad” laboral del obrero es fuente creadora del valor, porque el trabajo vivo despierta del mundo de los muertos a los medios de producción para hacerlos valores de uso.

El elemento que el capital no puede agregar es la fuente y fundamento de valor. Por eso es que Marx, por una parte, utiliza la palabra “reproducir” cuando se refiere al valor transferido de los medios de producción, pero, por otra, habla de “creación” de plusvalor como consecuencia de la jornada laboral. Por lo tanto producción capitalista es objetivación y acumulación de vida de la vida del obrero y no de dinero.

lunes, 2 de mayo de 2011

Resumen: Marx, El capital (V.)

Karl Marx, El capital, México, Siglo XXI, 1975. Tomo I, Vol.1, Capítulo V, pp. 215-240.
Por Zuleima Miranda

PROCESO DE TRABAJO Y PROCESO DE VALORIZACIÓN

1.El proceso de trabajo

El uso que el comprador le da a la fuerza de trabajo es el trabajo mismo. El trabajo es un proceso entre la naturaleza y el hombre, ya que el hombre ocupa al trabajo para transformar a la naturaleza exterior y al mismo tiempo su propia naturaleza con el desarrollo de sus potencias.

La diferencia entre el trabajo humano y el de un animal es que el hombre proyecta la acción en su cerebro antes de realizarla, es decir, no se limita a cambiar la materia que le brinda la naturaleza, sino que realiza en ella su fin. Esta voluntad consiente del fin se llama atención.
Los factores simples que intervienen en el proceso de trabajo son: los medios, el objeto y el trabajo mismo.

Las cosas que son tomadas directamente de la naturaleza son los objetos generales, cuando uno de estos objetos generales ya ha sido filtrado por un trabajo anterior se les llama materia prima; los medios son los objetos que el trabajador interpone entre él y el objeto de trabajo para realizar la acción transformadora. La fabricación de estos medios es característica del trabajo específicamente humano.

El proceso de trabajo desemboca en un producto, un valor de uso para satisfacer necesidades humanas. Para obtener este producto el proceso de trabajo absorbe otros valores de uso de procesos de trabajo realizados previamente, por lo que un producto puede ser al mismo tiempo un medio de producción de otro producto (exceptuando los productos de la industria extractiva).

Dentro de las materias primas existen las materias auxiliares, que son absorbidas por el instrumento de trabajo (carbón) o incorporadas a la materia prima (color que se le da a la lana). En la industria química no existe distinción entre principales y auxiliares.

Existen productos que sólo son útiles como materias primas, estos se llaman artículos a medio fabricar o artículos intermedios (algodón). Los productos son, además de resultados del proceso de trabajo, condiciones de existencia del mismo, el proceso de trabajo es la manera de realizar los valores de uso de productos de un trabajo anterior.

El proceso de trabajo que consume los elementos que permiten su existencia se denomina consumo productivo, y se diferencia del consumo individual en que el producto del segundo consumo es el consumidor mismo, mientras que en el consumo productivo el resultado es un producto distinto del consumidor.

Una vez que el capitalista ha elegido la fuerza de trabajo y los elementos materiales que más le convienen, hará trabajar al obrero y, dado que ha comprado su fuerza de trabajo por determinado tiempo, se dispondrá a utilizarla como más le convenga.

29.04 Marx. El secreto del plusvalor

Bitácora de la sesión del 29 de abril de 2011
Por Zuleima Miranda

Plusvalor es el resultado de la adquisición de una mercancía peculiar llamada fuerza de trabajo.

El trabajo es el proceso mediador entre la naturaleza y el hombre.

Lo que permite la igualdad entre dos mercancías es el valor, que surge de las horas de trabajo que implicó producir dichas mercancías.

El capítulo V de El capital habla sobre el trabajo como medio de interacción y sometimiento entre el hombre y la naturaleza. La diferencia básica entre el animal y el hombre no es específicamente la razón, sino que el hombre transforma sus condiciones naturales.

El proceso de trabajo es una actividad orientada a un fin, lo que significa que primero se tiene la idea y posteriormente se concreta mediante el trabajo.

Existen objetos de trabajo naturales; además de éstos existen también otros llamados materia prima, que son objetos que ya pasaron por un proceso de trabajo y por tanto tienen ya valor.

En el proceso de trabajo también existen medios para obtener la mercancía, lo que permite el trabajo mismo, por ejemplo los caminos.

Transformamos, por ejemplo, el valor de uso de una vaca (que ya tiene incorporada un trabajo humano de alimentación, cuidado, etc), y creamos cuero, que adquiere así un valor añadido. Si ahora transformamos el valor de uso del cuero en chamarra, agregamos otro valor al objeto. De tal modo, el objeto con un valor de uso agregado (cuero) es la materia prima de la mercancía final, y esta materia prima es la condición de posibilidad del producto final.

En el lenguaje marxista, las condiciones de posibilidad para realizar el producto final se les llama medios de producción, estos medios tienen en sí mismos valor, ya que requirieron un trabajo previo. Un objeto puede ser al mismo tiempo producto y medio de producción.
Existen materias primas primordiales y auxiliares, las primordiales son con las que se trabaja directamente, las auxiliares son aquellas que permiten la producción. Dentro de las auxiliares están las que se consumen (el carbón para el hierro), las que se incorporan (como la tinta para la tela), y finalmente las que ayudan a la ejecución (la luz). Para calcular el valor de la mercancía se deben considerar las materias primas como valores que se integran a la mercancía. El valor de uso de la materia prima está en función de su utilización, del trabajo que se haga con ella, este valor no es eterno, sino que debe actualizarse mediante el consumo individual o la creación de nuevos valores de uso.

Resulta entonces que el trabajo consume trabajo. Para descubrir cómo el dinero produce más dinero (D-M-D1) tenemos que el capitalista compra la fuerza de trabajo y además tiene los medios de producción.

Supongamos que se quiere producir 10kg de hilo, para esto se requieren 10 kg de algodón que cuestan $100, el tiempo socialmente requerido del obrero es de 6 horas, que implican un gasto de $60, también hay que considerar un gasto de la rueca de ¼, que implica $20 y en el mercado los 10kg de hilo cuestan $180. Sin embargo, la jornada de trabajo del obrero es de 12 horas y no de 6, por lo que por los mismos $60 el obrero trabajará el doble de tiempo requerido para producir 10kg de hilo.

Entonces tenemos que para producir 20 kg de hilo se necesitan $200 para 20kg de algodón, $40 para ½ de rueca y únicamente $60 por las 12 horas de trabajo del obrero, lo que da un total de $300, pero en el mercado los 20kg de hilo cuestan $360, los $60 ya no son dinero sino capital. El tiempo empleado por el trabajador que no le es retribuido es el plusvalor.

domingo, 1 de mayo de 2011

29.04 Marx. El secreto del plusvalor

Bitácora del 29 de abril de 2011
Por Moisés Morales

El trabajo es, en primer lugar, un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. Pero se puede caer en la falsa concepción de que los animales realizan trabajos, ya sea la abeja con su panal o el castor con su presa parecería que realizan un trabajo. Sin embargo, el hombre no sólo realiza el acto, sino que proyecta antes la idea que posteriormente plasma en el trabajo. En otras palabras, el trabajo humano es el paso de lo abstracto a lo concreto.

El proceso de trabajo está conformado por los siguientes elementos: el primero, la actividad orientada a un fin, segundo, el objeto y, tercero, el medio. Para su comprensión, debemos recordar la acumulación de Valor de uso en un objeto. Si bien para todos el valor de uso es aquel proveniente del objeto, no damos cuenta de la suma de valores de uso que en sí ya encierra. Por ejemplo, el cuero lleva el trabajo de quien le procuró cuidado a la vaca.

Beato Wojtyla

Este primero de mayo, día de los trabajadores en muchos países, fue proclamado beato Karol Wojtyla, llamado Juan Pablo II durante su dirección de la Iglesia católica. J. Ratzinger, su sucesor, destacó durante la ceremonia de tres horas cómo el nuevo miembro de las cortes celestiales doblegó al ateísmo marxista. Así lo dice el corresponsal del diario El país:
Ante el entusiasmo y el fervor de decenas de miles de peregrinos, la gran mayoría polacos, que han abarrotado la plaza de San Pedro y las calles adyacentes, Benedicto XVI ha proclamado hoy beato a su antecesor en el trono de San Pedro, Juan Pablo II.
Seis años y un mes después de su muerte, en una ceremonia de casi tres horas, Joseph Ratzinger ha recordado a Karol Wojtyla como "un gigante" y ha destacado su dimensión pastoral y política. "Abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos, invirtiendo con la fuerza de un gigante -fuerza que le venía de Dios- una tendencia que podía parecer irreversible".
Wojtyla, ha añadido el Papa, "devolvió a la fe la esperanza usurpada por el marxismo", en referencia a la lucha de su antecesor contra el comunismo.
El artículo completo aquí.